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martes, 28 de mayo de 2013

REFLEXIÓN 6



       El día de hoy es como otros tantos y tantos en los que me asaltan mil y una inquietudes, en el más estricto de los sentidos. Inquietud perturbante, acosadora, haciéndome estar en un continuo estado de vigilia, cual ciervo olfateando el aire por si huele a su depredador, que sabiendo intuitivamente, que está acechante, no  puede hacer nada por la impotencia incluso de saber que ese tigre escondido, es más sigiloso, rápido y sutil, y que por mucha atención que tenga… lo más seguro, y por mucho correr, caigas sus fauces!

        He de reconocer que me hoy, como tantos días, me siento débil, muy débil… cansado, hastiado, harto, con una sensación de perpetua carga pesada que me aplasta y me hunde, hasta el punto de darme por rendido…. Mi mente y mis labios, sólo saben decir: “no puedo más…”

        Os hablo, permitiéndome el recurso literario de personificación, de la gran Compañera inseparable de la Agorafobia. Su antecesora, la que prepara con cuidado su camino y lo allana para mayor facilidad de ésta. Vil compañera con la que comparte sus mismos fines y planes…que actúan en perfecta simbiosis para acometer sus embestidas y sus siniestras estrategias. Os hablo de la Ansiedad, la que me trajo a donde estoy, la que me condujo hábilmente y sin percibir cómo de forma tan sutil lo hacía, a estos lares que hoy y desde tiempo atravieso.

        Con ella empezó todo, y con ella, acabará todo….desterrándola o sucumbiendo ante sus espinados brazos para un final de finales. Y aunque comparten destino ambas, Agorafobia y Ansiedad, para socavar el alma y el interior, de mi vida, de apagarme, de sustraerme hasta la última gota de energía… Son bastante diferente, aunque la primera no puede vivir por si sola sin la segunda, la más malvada de las dos, porque es la más hiriente y doliente, la que realmente hace el trabajo sucio… Y es que hay dos diferencias fundamentales entre ellas. Mientras la Agorafobia sonríe con tu dolor al crearte mil y un miedos, al rodearte con sus planes, para atraparte en tu casa y quedar preso y a sus pies cual sirviente; la Ansiedad se apodera de ti, literalmente, se incrusta en tu interior, en tus entrañas, en tu mente y en tu corazón…. Y ahí, instalada, empieza a devorarte internamente cual larva salida de su huevo, puesto por la picadura de un parásito desconocido, al menos para mí.

        Es por ello, que nuevamente me siento débil, cuasi derrotado, con una merma que no sé si algún día podré recuperar o ya quedó perdida para los restos. Y es que es muy difícil vivir con esto, porque mientras que la Agorafobia tiene sus momentos, te deja sus treguas, para que te confíes, pero tregua al fin y al cabo, la Ansiedad no es de esas… No me deja ni un solo instante del dia, de los meses, de estos años… Es perenne. ¿Os imagináis un dolor continuo, eterno, sin parar, sin descansos, apretando tu pecho, axfisiándote por veces, sufriendo de forma secuencial cual bucle cerrado? Algo insoportable, que a veces ni los ansiolíticos hacen el efecto requerido, quedando resquicios para seguir atormentándote… Malvada por derecho y reputación, no puedo negársela…. Podéis imaginaros día a día esa presión en el pecho, ese estado continuo de vigilia, ese sufrir y sufrir, esa tristeza que llega de repente sin avisar y sin llamarla, funesta. De que el llorar ya ni te calma ni te desahoga ni un ápice. De que el sentimiento de soledad se torna en impasible y devastador, profundo como nunca lo has vivido.

De que la impotencia es tu segundo nombre, bueno no, el primer nombre, el verdadero ya te fue arrebatado. Que las rutinas, principalmente las caseras, ya que no existen otras, también se vuelven en tu contra como agujas que se clavan en los pies a cada paso que voy dando. Que sientes, seguramente sin fundamentos, pero queda sentido, que ya no importas a nadie, o que ya ni siquiera importa que importes! Que tu mente, con tal carga, en los momentos de flaqueza, que son más que los de fortaleza, se llene de los peores pensamientos, de los más siniestros, de sobrepasar de una vez por todas esas líneas rojas que os comentaba en tiempo y acabar con todo de una vez. ¿Os imagináis tal desdicha, que buscas mantener ocupada tu mente con cualquier cosa, rozando la obsesión, para que al menos me crea, engañándome o no, que mi vida tiene aunque sea una mínima pizca de sentido? Y a eso le unes la magistral mano en la partida que la Agorafobia hace llenándote de miedos y más miedos, irracionales, racionalmente sabes que son irracionales, pero aun así se apoderan de ti sin poder tener una pequeña oportunidad de hacerles frente! ¿Qué coctelera, no? Y aquí viene otra de las grandes mentiras: La Ansiedad no se llama verdaderamente así. Su nombre real es Tortura.

        Y ahora, con todo esto, exponenciado, porque mis palabras no hacen justicia a lo que realmente siento… que es de mucho mayor grado, y me falta capacidad de expresión, o mi embotamiento, no me permiten mejor explicación.

        ¿Sabéis cual es el mayor dolor y el mayor robo que la Ansiedad me hace? Pues es la falta de Paz, de sentir un instante sosiego, descanso, aunque sea sólo día, pidiéndole cual reo en sus últimas voluntades… Paz… paz…. Paz… pero nunca llega. Y ese es de todos, el mayor sufrimiento e impotencia de los ya enumerados…. El anhelo constante, la añoranza melancólica cual fado, de buscar y obtener por un momento esa deseada paz. Os puedo asegurar que no hay mayor crueldad, y vivirla una y otra vez, día tras día… con un único denominador común: dolor y sufrimiento. Azufre y fuego. Infierno viviente, y no bajo tierra!

        ¿Qué merece la pena? Para qué seguir caminando si no existe rumbo, ni meta, ni opciones… ni horizontes claros. ¡Para qué remar contra fuertes corrientes si al final no va haber nada! Sólo quiero descansar, no sentir más, quizá la muerte es la única que puede darme paz… Pocos me recordarán…. Y los recuerdos pasan fugaces… por qué hacer sufrir y compartir sufrimientos a quienes pasaron ya los suyos… Un solo sufrimiento y que vivan sus vidas! Por qué no un revuelto de pastillas como primer plato (no me gusta el dolor, bastante llevo ya) para obtener el postre deseado… quedarme lentamente dormido, con mis perros, a mi lado, mientras digo adiós entre lágrimas a la espera que el menú haga su efecto y la Paz me visite de una vez por todas!!!

         ¿Os imagináis? Pues ya lo hice, en dos ocasiones, e inepto de mi, iniciado en estos menesteres del suicidio, nunca di con las dosis o tuve que hacer otras mezclas, no sé… Pero lo hice… Y que sensación más extraña tuve en el segundo intento, cuando creí de veras que hacia efecto ,sudores fríos, temblores en los miembros, y Morfeo dándome todo su sueño; y despertar al día siguiente extrañado de abrir los ojos y ver a mi pareja despertándome… Confusión es lo que inundó mi mente… esto no debía de ser así… no…. no era lo que quería, en qué fallé… me preguntaba internamente mientras, metafóricamente hablando, veía a lo lejos a estas dos primas Ansiedad y Agorafobia, como se reían complacientes, diciéndose entre ellas lo estúpido que yo era, que de sus fauces no escapaba. Y os puedo también asegurar que en ningún momento quise llamar la atención, me siento lo suficiente maduro para eso. Algunos pensaron eso… no lo reprocho, supongo que es más fácil de asimilar, pero lamentablemente, en aquel brote de locura, era mi intención pensada y queriéndola llevar a efecto.

        Y la maquinaria se puso en marcha… a urgencias cuando cualquier pensamiento autolítico asomara aunque fuera un resquicio. Control absoluto de medicación… no sé ni donde hay una aspirina… cambio de dicha medicación por parte del psiquiatra…. Y después de un par de meses (pierdo la cuenta) mejoré, pero aquí estoy de nuevo con atisbos, o como formas no claras moviéndose tras un velo espeso, intentándose de nuevo incrustarse esos pensamientos, para cruzar una línea, que ya crucé, y por mi honor y por lo que mas queráis, nunca en mi vida, por principios, creencias y moral, crei que iba a cruzar. Eso era un auténtico axioma irrefutable. Nunca haría algo así. Pues descubrí que de axioma nada… crucé, y avergonzado os lo digo, y con gran tristeza. Tristeza que vuelve a aparecer con mas asiduidad. Otro temor para juntar en mi cajón de los miedos.

        Y diréis, y con razón, dónde está ese Alberto que en anteriores ocasiones nos hablaba de esto con otra fuerza, retando, queriendo desenmascarar y diciendo que no va a cejar en su empeño. Nos mentía, qué pasa, que ocurre, que son estas incongruencias?

        Pues amigos, nunca quise ser incongruente, ni mentiros, no lo hago, ni daros falsas esperanzas… lo escrito, escrito está… y con razón y como lo pienso o pensaba. Diréis que si además soy bipolar o algo así… os puedo asegurar que no… dejadme con mi tres en uno, no quiero más en la asociación. Ya es bastante con la Ansiedad, la depresión y la Agorafobia.

        Pero, esto, una vez más, es la paradoja de esta cruel enfermedad. Ya os dije que nos hace confiantes para luego darnos con más fuerza. Ésta es una de esas!

        Bueno, ya tuve el atrevimiento de contaros un episodio de los más duros de los de esta enfermedad y de los de mi vida. Lo he explicado como he podido, con la intensidad que más se acerca, pero entenderéis que explicarlo con más detalle sería muy largo.

        Y por desgracia, sólo hay dos opciones, ninguna más existe….
Vencer o ser vencido!!!! Las fichas siguen sobre el tablero!

Un afectuoso saludo.


Alberto.

2 comentarios:

  1. realista, sincero y muy bien escrito...aunque t parezca que no encuentras palabra ni adjetivo alguno para describir tanta brutalidad, se que muchos de los que están pasando por esto t agradecen poder poner palabras a lo que les está sucediendo ...es muy complicado poder describirlo y creo que lo expresas perfectamente, por muy duro que parezca esta es la realidad y gracias a personas valientes como tu sale a la luz.
    un abrazo muy fuerte Alberto,
    saludos,
    Ariadna

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    1. Muchas gracias amiga! Pienso que debon defundir esta enfermedad con todas sus caras para mayor comprension y auto diagnosticos, no sólo para que se nos entienda por lo duro que atravesamos, sino oara oersonas que atraviesan lo mismo se puedan sentir identificadasny no lo lleven en solitario, pues agravaria la enfermedad, sino que puedan ponerse en manis de especialistas para iniciar tratwmientos...y para ello pienso que hay que contar ka realidad de las cosas, sin edulcorantes, pues es serio, y por ello narro mi propia realidad por muy dura que sea, Gracias por tus palabras!

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