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miércoles, 17 de julio de 2013

REFLEXIÓN 10. DESESPERANZA.





        Desesperación, impaciencia, insoportabilidad, cansancio extremo, extenuante…. son las palabras que hoy nublan mi juicio. Juicio por decir algo, por sentirme más humano, porque pienso por momentos, cada vez más frecuentes, que tal capacidad se diluye y se va cual agua sucia por las cloacas de mi alma, tan rota y corrompida, que le cuesta ya insuflar alientos de esperanza.

        Y es que la rutina incansable, causada por esta aventajada maestra agorafóbica, me hace dudar de lo que es humano… si en realidad me queda una pizca de humanidad en el más estricto de su sentido. El que mi cuerpo se vista carnosamente, sujetado por numerosos huesos atados en perfecta armonía a un conjunto de tejidos, de músculos, para hacerlo movible y estable. Un interior regado en rojo claro y oscuro, con un músculo interno que lo único que hace es latir… poco más… para llevar por mil conductos ese fluido carmesí para que todo un engranaje funcione a la perfección. ¿Eso me hace humano? Como mucho un ser. Pensar, expresar, sentir, hablar, gustar, sonreir, discernir, planear, soñar…vivir! Se entiende eso por adjetivaciones humanas? Pues si es así, lo llevo crudo, porque cada una de ellas se van desvaneciendo cual humo llevado por el viento! He de recoceros que además de los epítetos emocionales arriba expuestos, me inunda una tremenda y pesada tristeza.

        Pensareis si leéis mis reflexiones vitales, pues qué tipo más cambiante… que se deje de monsergas… no es otra cosa que chaval bipolar! Si bien es cierto que a cada reflexión pasa un determinado tiempo, con sus aconteceres o su falta de ellos… tenedlo en cuenta, pues obviamente la deducción más acertada sería la bipolaridad… Pero no, como os digo, esto es peor… y sobre todo consciente. No faltaré tampoco a la verdad, pues esos cambios de humor se producen… pero por acontecimientos, avatares, rutina aplastadora y mil y un sin sentidos. Porque aquí llega otra de esas paradojas, siempre presente en todo mis estados! Hablaba de humanidad, cuando lo que menos siento es eso… quizá ya ni siento…todo ese engranaje perfecto creado por Ente superior o por la casuística cósmica más extraordinaria (da igual, pues no estoy para filosofías). Pues todo se convierte en mecánico, un robot que hace cada día la rutina pertinente, con los miedos pertinentes… y empeorando en tristeza de alma, en hartazgo, en desilusión tras desilusión, mi mente no es ella,- es un algo sin definición que solo actúa causa-efecto, miedo-salvaguarda… sin más periplos ni ecuaciones complicadas, ni siquiera de segundo grado. Solo me diferencio de un zombie, en que la putrefacción no la tengo en piel o en la carne, sino en el ánima y el corazón! Y son el alma y el corazón los que a veces me hacen ver esa humanidad, pero en su lado más amargo… con el dolor en el pecho, el alma contraída y sufriente, la sensación de asfixia oprimiéndome, el malquerer de uno mismo y sus circunstancias, cual discípulo estricto de un Ortega y Gasset en toda su plenitud… pero solo en eso, el yo y mis circunstancia… en lo demás, mi existencia es más tipo Sartre, el cual venía a decir que la esencia de la existencia era vómito! Vaya, y eso que no estaba para filosofías. Perdonadme!

        Pues como os decía esa amargas cosas son las que me hacen recordar cierta humanidad, alejando brevemente cierto automatismo, pero con los ojos nublados y cristalinos, con parpados temblantes aguantando que esa lágrima no se escape…. Que al menos ella, Agorafobia, no se lleve también ese contento! Y uno acaba preguntándose, y existencialmente, qué significa todo esto y si merece la pena! Qué gano con levantarme después de las dos horas que el insomnio me ha dejado, tomar una café, barrer y fregar la casa con más desgana que a veces ni me molesto en hacer “lo que ve la suegra”… y después qué! Buscando mantener la cabeza ocupada con otras cosas para que la Ansiedad no haga acto de presencia vestida con todas sus galas…. Y esas cosas que te distraen, que disfrutas, que te apasionan, al final se vuelven contra ti cual boomerang, pues llega a pasar de disfrute mental a obsesión. Pero una obsesión no compulsivaes racional… es a propósito, es como si fuera esa pastilla que al menos unas horas tendrá alejadas a las brujas que atormentan cual niño dentro de un armario! Pero al final es triste, pues llegas un momento en que te da igual todo, pues estas sumergido en un bucle que por cualquiera de los lados es prácticamente difícil de salir… donde los días no significan nada, lunes, miércoles, sábado… no tenían otra cosa los antiguos romanos que hacer para nombrar algo que al final carece de sentido, de manera total para mi. Cuántas  veces pregunto qué día es hoy… y tras la respuesta, mi mente se autoconfirma que cada día, llámese como se llame, va enloqueciéndome un poco más! Y las horas… estúpidas por sí mismas, pues no tienen significado, ni siquiera para recordarme el régimen de comidas… se vuelven lentas y a la vez rápidas… para por un lado torturantes recordándome mi  amarga existencia inútil e improductiva material y emocionalmente. Y por otro lado hiriente con su daga más afilada viendo que tu vida pasa rápidamente y al fina,l no soy Nada! Las conversaciones se vuelven más cortas… no me acontece nada nuevo… lo único algún ataque de ansiedad o de pánico… pero para que contarlo, ya es sabido y caer en redundancias es también absurdo. Y escuchar experiencias ajenas es igual de vacío, no por egoísmo, o si, no lo sé, ni lo planteo… pero escuchar que la gente vive y tu estas inerte por completo…! más sufrimientos al cajón correspondiente de este alto sinfonier que mi archienemiga Ágora tiene instalado en mi habitación con cada cajón con su etiqueta: miedo, sufrimiento, desesperanza, amargura, y una larga lista que por pereza me niego a terminar. Nuevamente disculpas. Pero este zombie triste y cansado…. de tez blanca, pues el sol es para mi igual de amigo que para un vampiro, la única diferencia es que me gusta el ajo, empieza a tambalearse como antaño…. y ese miedo es mayor, por la parte de irreversibilidad que puede llevar consigo. Para qué vivir, si me siento tan ignorado…. y de verás que no dejo de luchar… pero las batallas cada vez son más frecuentes y las bajas más numerosas. Qué futuro me espera… pues veo que esta lapa está bien amarrada y lo que mejor sabía hacer, mi trabajo, como comercial, ventas, ya me es prohibido por la incapacitante susodicha.

        Aún así, me dejé ensoñar… no quería rendirme… y traspasé de nuevo mi dignidad y principios, aunque pedir ayuda de per sé no lo sea, pero para mi si ha sido un poco humillante… pero aun de esa manera dejé que el sueño se apoderara como otra obsesión, para mantenerme aislado de las embestidas de esta enfermedad. Y empezó el cuento de la lechera. Mi mejor terapia hasta el momento ha sido la fotografía, mi gran pasión, pues la veo como Arte, y a ella quería agarrarme. Tengo una humilde cámara compacta digital con una resolución aceptable, pero que después de miles de fotos, ms de 550 post-editadas… ya era limitada… no podía hacer más… me limitaba el expulsar creatividad, sentimientos, lastres…. Y pensé… ¿por qué no pedir ayuda…? no tengo otros menesteres que este ordenador y ese instrumento llamado internet… Y empezó la vorágine de Alberto en el país de las maravillas…. Hice un blog para exponerlas, además de dirigirlo a esta enfermedad, con las esperanza y la petición de quién quisiera alguna fotografía… no las vendía, aceptaba cualquier donativo, por pequeño que fuera… pues así podría ahorrar para un equipo medio en condiciones y poco a poco reunir esos 1000 euros para ello…. Poco a poco… pero viendo resultados… Con ese equipo podría hacer trabajos más profesionales… con esa pasión que me apodera saldría más… la terapia se reforzaría… y sobre todo tendría horizontes… podría dedicarme a ello, para una vida normal, sin riquezas, pero que me sustente… Sí, esa es la respuesta Alberto….! Confía en la gente… además no pides (me decía) intercambias tu trabajo sin ponerle precio… Estaba decidido… Ya veía clarear los horizontes que siempre han estado con sus nubarrones negros de tormenta eléctrica.

        Iluso de mi… que patada me dio nuevamente esta sanguijuela que encima tiene nombre, la muy bastarda. Nada! 550 fotos y ninguna solicitud…seguía trabajando… y nada… no había frutos… hasta pedí ayuda formal a una asociación de fotografía de la naturaleza… que tienen un apartado solidario… y lo único que de momento conseguí y con su extraordinaria buena voluntad era hablar con su tesorero por si me podían rebajar la cuota de socio anual de 70 euros… 70 euros que se van en cualquier cosa… pero que yo no puedo pagar… si lo hago, al mes siguiente me cortan la luz… pues mis ingresos son escasos…. Cómo para reunir esos 1098 euros de esa Camara Sony que me tiene enamorado y que era mi tabla de salvación…. Empecé a escribir email a otras asociaciones contándoles mi pasión y mi mal (no podéis imaginaros la losa de esta enfermedad lo pesada que es, que nunca creí que podría hacer algo así… que vergüenza) Pero la desesperación pudo más, era cuestión de supervivencia…. Pero de nuevo Nada… solo me contestó esa que os dije, y escribí a algunas internacionales! Mi Castillo de Arena se fue con la primera ola de la mañana….¿Pero qué esperabas Alberto? Nueva bofetada de la realidad que esta enfermedad me hace ver cuando quiere y en el momento oportuno, para que el daño sea lo mayor posible. Y es que realmente fui un iluso… si la gente se contenta con la foto cuadrada de rigor del último modelo de móvil, sin pararse a profundidades, técnicas, expresión, transmisión, emoción…. Su único pensamiento más profundo es mirarse las caras en un espejo para luego auto-fotografiarse y poder poner una imagen de perfil en cualquier red social, o fotografiar el helado que acaba de comprar para que lo vea un japonés o un argentino conectado a instagram!!!!

        Y ese continuo luchar, ese continuo controlarte…va perdiendo su sentido más primario y ves que cada día es más negro, que cada día no es día, es otra cosaque la existencia pierde todo valor, y tu mente, tu alma y tu cuerpo se derrumba como un edificio antiguo con una explosión controlada…

        Y de nuevo en mi Debe, pues el Haber contable de mi vida estaba más que vacío, se llenó de antiguas ideas, pero no por ello menos peligrosas…. La apatía reina en mi, ¿para qué vivir, que gano con ello si sólo sufro? El llorar de un ser querido, de una madre… al final todo pasa… ¿por qué seguir con esta estafa de vida? Y un sinfín de un ideario inmenso que ya viví, y que empiezo a revivir temeroso… pues la única diferencia es que en aquel momento dudaba de poder cruzar la línea… el miedo a cruzarla, me retenía… pero aún así lo hice. Y ahora soy plenamente consciente que puedo hacerlo, y mi temor ya no es que me inunden ese tipo de ideas… sino que en una de ellas decida en un golpe de locura o ansiedad de manera irrevocable cruzar esa marcada línea roja… Porque ya sé que puedo hacerlo. Disculparme si os inundé con tristeza…. No quería tal cosa… pero lamentablemente hoy y desde días, es lo único que desprendo.


Un saludo.

Alberto


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