De
nuevo estoy ante esta hoja en blanco virtual… De nuevo, para mostraros mis
emociones, mis reflexiones, el cómo vivir acompañado por un monstruo llamado
Agorafobia. De nuevo, será una reflexión más “light” pero no por ello menos
cierta o intensa… Continuo reservando mis peores momentos, mis cruciales
vivencias, mis historias que a posteriori me producen vergüenza, de lo que te
hace llegar hacer la insoportable carga que la vecina intima de la Agorafobia,
la Ansiedad, como losa gigante de hormigón aprisiona tu pecho y tu mente… y de
ahí a la desesperación más irracional, hay una línea muy delgada.
Siempre os pido disculpas por lo mismo, espero podáis entenderme,
enfrentarse nuevamente de aquello que no quiero rememorar por el dolor que me
causó mis propias actuaciones contra mi mismo, la llegada demencial de ideas
extrañas incrustándose en mi mente como implantación perfecta, y sutilmente
malvada. Aquello, que por falta de valor, tristeza, de no reconocerme a mi
mismo, de haber perdido mi identidad más absoluta… es difícil de asimilar… Pero
de momento ganan las fuerzas del miedo y la cobardía. Pero como siempre os digo…
os contaré esos peores momentos de mi vida, por mucho dolor que me traiga, pero
debo de hacerlo, por mí, y por si en alguna medida os puede ayudar para
reconocer ciertos síntomas y no lleguéis a extremos que yo nunca creí que
podría llegar. Es una promesa…. Y os puedo asegurar que será, a mi pesar, un
capítulo de esta historia apasionante, por los sucesos en sí, pero aún más
desgarrador y axfisiante!
Pues bien… dicho esto, hoy os puedo decir como esta
enfermedad me hace sentir, de esas tantas paradojas, que ya os comenté, llenan
mi vida.
Lo que mejor consigue esta compañera parásita, es aparte de
llenarnos de miedos irracionales, es la inseguridad y la incomprensión, e
incluso una soledad tan absoluta, que por mucha gente amiga que nos rodee,
sigue igual de aplastante. Nos hace súper-sensibles ( y los que ya éramos
sensibles de per sé, imaginaros), baja nuestra autoestima no hasta el suelo,
sino hasta 10 kms debajo de él. Nadie llega a entendernos en su plenitud y
justa medida lo que esto. No se puede echar en cara… pero esa incomprensión de
la vivencia que sufrimos, nos lleva muchas veces a que esa inseguridad se
intensifique y se perpetúe. Los de nuestro alrededor, con sus mejores
intenciones, con sus mejores deseos, pueden atisbar mil cosas, pero muchas
veces por ese afán de ayuda, nos obligan inconscientemente a realizar tareas o
salidas, que en realidad al final, puede llegar a empeorar y retrotraernos más,
y volver andar los pasos desandados.
No los culpo, por Dios, bastante aguantan. Nuestros cambios
de humor, de cómo amaneceremos, de cómo nos tomaremos cualquier idea propuesta…
de, en definitiva, sentirse perdidos e impotentes. Nueva paradoja. Sienten lo
mismo, en menor grado, ya que nosotros lo magnificamos, pero son los mismos
sentimientos los que nos inundan. Sanos y enfermos, compartiendo lo mismo!
Pero lo peor de todo, aparte de miedos y ansiedades excesivas
y extremas, que no son baladí; es la
Impotencia. El sentir que no puedes hacer nada, por mucho que te digan que si
puedes, por mucho que por momentos te auto-convences de que sí puedes… al
final, somos apresurados…. esta lápida pesada nos puede tanto que deseamos quitárnosla
de encima lo antes posible… Y aquí, esta Maestra
del Engaño, vuelve a aventajarnos! Nos deja que corramos, nos deja falsas
esperanzas… “Vaya, he salido al jardín y
me sentí bien, también crucé un calle que nunca lo hice, y me sentí bien….
Puedo con esto… mañana nos vamos de compras a la ciudad, con todo el gentío y
grandes almacenes, pues ya lo voy dominando… tengo que dar un paso mas grande!”.
Y zas… en medio de cualquier calle o
esperando la cola de la caja… empezamos a mirar hacia todos lados, la
inseguridad va creciendo y creciendo. El corazón comienza un baile no deseado
con fuerte ritmo y potencia, la mente empieza a ponerse obtusa… la gran vecina
amiga, la Ansiedad, empieza a dominarnos absolutamente, las piernas y
brazos no responden como deberían… Queremos que no se nos vea así por la
persona o personas que nos acompañan, pero ese intento de que la presa no se
derrumbe… nos lleva como único camino a que dicha presa se desborde. Las
palabras no quieren salir, tartamudeos, pienso en decir algo, pero esa expresión
pensada es dificultosa al verbalizar… los músculos engarrotados, la cara
desencajada por el miedo…. La crisis de
Pánico ya está en su apogeo! La mente única y exclusivamente solo piensa en
una cosa, y da igual la dificultad de movimiento, de expresión, de ansiedad…. Sólo piensa en irse a casa… al lugar
seguro, al refugio paradójico, porque realmente es nuestra cárcel.
Tienes la sensación de que todos te miran… o quizá la
sensación es real, me miran porque han visto mi cara desencajada y pavorosa
cual personaje siniestro de Edgar Alan Poe! Vamos a peor, todo crece más y más,
de forma vertiginosa, con una aceleración de microsegundos, y tu interior ya no
pide, sino grita: “quiero estar en casa”.
Todos se dan cuenta, te ayudan, te tomas la pastilla ansiolítica
de rigor, guardada en ese típico pastillero de anciano, que se ha vuelto
inseparable, y del cual nunca te olvidas si tienes que salir. Vuelta a casa,
las respiraciones fuertes y rápidas las intentas controlar. Y aunque eres
consciente de que vuelves a casa, hasta que no estás en ella, no se normaliza
dicha respiración y ansiedad.
Ya estoy en casa, por fin, me digo. Pero al final, te sientes
culpable por todo (otra acciona magistral que consigue instalar en nuestras
neuronas nuestra amiga Ágora… lleva tanto tiempo, que ya
hasta la tuteo y la llamo de forma acortada. Parece que hay confianza. Maldita confianza).
Culpable por haber sucumbido, por querer correr, cuando los médicos están hartos
de decirte que es una enfermedad lenta y que hay que ir lento, y yo ignorante y
mejor sabedor que cualquier psiquiatra, desoí para caer al final en la trampa.
Ahora tardaré en salir, no se cuánto tiempo, un mes, dos semanas? La última vez
fueron cinco meses!
Sentirnos culpables porque fastidiamos el día al otro, al que
queremos, al que con resignación, accede a minimizarlo, aunque en su cara vea
la misma decepción que nosotros sentimos por no lograrlo. Y es peor, porque los
demás ven los pasos y también nos apresuran, pensando que es lo mejor para
nosotros, y nos dejamos convencer…. No sabemos decir que no. (No tenemos autoestima). Además si lo
dicen en quienes confiamos…. Será así. Maldita Agorafobia, nunca vi mejor
estratega!
Y la impotencia vuelve… “de
esto no salgo por mucho que lo intente… ya ves, a volver al principio… empezar
de nuevo con la carga… uff… no puedo más…” Y lo que iba a ser un gran paso
y victoria para nosotros, se torna en más miedo, más inseguridad, más
impotencia, más tristeza, más miradas perdidas, más depresión… en los días sucesivos,
hasta que puedas volver a alzar el ánimo!
Y si nos sentimos incomprendidos por los que junto a nosotros
viven y sufren esta enfermedad…. Imaginaros con los que la ignoran, la
desprecian, e incluso la tachan de falsa o invención.
Es duro oír, sobre todo desde la más absoluta ignorancia
expresa, ignorancia que ni siquiera pretende cultivarse o informarse realmente;
que somos una pandilla de vagos, medio locos, zumbados, invenciones…. “Trabajad, que es lo que tenéis que hacer…”
y un largo etcétera de frases
peyorativas e hirientes.
No podéis imaginar el poder trabajar… no paré en 15años,
relación con la gente, sentirme realizado, pleno, autosuficiente… ver el sol,
pasear, planear, hacer….. qué equivocados estáis porque sólo entendéis como enfermedad
una pierna escayolada, un cáncer de pecho (que lo es, y no lo estoy
comparando), un ataque al corazón que no se advierte…. No entendéis que no todo
es físico? Que en multitud de ocasiones, la enfermedad mental (no locos) es más
dura y complicada de vivir, de sufrir y de curar que algunas físicas? Sabéis lo
triste que es, que el umbral de tu casa sea el mejor más efectivo carcelero?
Que la vista al horizonte más cercana es la que te da la ventana de tu cocina
con sus respectivas rejas? (malvada
ironía es eso) No sabéis que la
enfermedad del alma, que el dolor interno que no calma una morfina…. es
auténtico y devastador? No me cambio por ninguno de ustedes, porque como
decía una amiga, no le deseo esto a nadie. Pero
tened por seguro que añoro, con envidia sana, vuestras vidas, por pobres que
penséis que pueden ser!
Por favor, intentad empatizar,
igual que lo hacéis y hacemos con
alguien que pierde su trabajo o su casa, momentos horrorosos aquellos! Pero
porque no llevemos un brazo escayolado, no quiere decir que no estemos
enfermos. Las heridas del alma, existen, la malvivida alma, el irracional miedo
a todo, la ansiedad excesiva que por momentos te lleva a creer que vas a
enloquecer, el sentir que tu vida (muchas
veces ni sentida como tal vida) se va yendo y sentir que es desperdiciada y
que te ves impotente para solucionarlo…. Eso también existe…. Es muy Sufriente… Es muy Amarga… Es muy Dolorosa…
Es muy Traicionera… Es parte la Vida… Es…. Mil cosas que no podéis imaginar… Y todo eso tiene un nombre: Agorafobia!
Hasta la próxima reflexión, amigos. Saludos.
Alberto.
Valla, muy doloroso y mut cierto tambien
ResponderEliminarAsi es, dolor y certeza! Pero hay que seguir adelante. Tengo mas reflexiones hechas, y otras por escribir...todas vivencias mias, algunas mas dolorosas que otras! La unica funcion de compartir es concienciar a la gente y que pueda servir para quien la sufre, pueda identificarse, y ver wue es una enfermedad mas, con tratamiento y curable. Comparte entre tus redes y amigos, y asi que pueda llegar a mas gente. Este blog no tiene ni publicidad, ni adsense, ni animo de lucro. Solo pretendo poder ayudar. Gracias!
EliminarGreat post Alberto!
ResponderEliminarGreetings from the Netherlands,
DzjieDzjee
Thank you very much, friend! Raw just pretend that my experience with this disease, can be of help to someone. I recommend you read the Reflexion 6, is one of the hardest of my experiences, and since I wrote it, the only remember a bit paralyzed me keep writing. But I will, there is much to tell. thanks for your words that give me encouragement! greetings from Spain.
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