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viernes, 24 de mayo de 2013

REFLEXIÓN 5



De nuevo estoy ante esta hoja en blanco virtual… De nuevo, para mostraros mis emociones, mis reflexiones, el cómo vivir acompañado por un monstruo llamado Agorafobia. De nuevo, será una reflexión más “light” pero no por ello menos cierta o intensa… Continuo reservando mis peores momentos, mis cruciales vivencias, mis historias que a posteriori me producen vergüenza, de lo que te hace llegar hacer la insoportable carga que la vecina intima de la Agorafobia, la Ansiedad, como losa gigante de hormigón aprisiona tu pecho y tu mente… y de ahí a la desesperación más irracional, hay una línea muy delgada.

        Siempre os pido disculpas por lo mismo, espero podáis entenderme, enfrentarse nuevamente de aquello que no quiero rememorar por el dolor que me causó mis propias actuaciones contra mi mismo, la llegada demencial de ideas extrañas incrustándose en mi mente como implantación perfecta, y sutilmente malvada. Aquello, que por falta de valor, tristeza, de no reconocerme a mi mismo, de haber perdido mi identidad más absoluta… es difícil de asimilar… Pero de momento ganan las fuerzas del miedo y la cobardía. Pero como siempre os digo… os contaré esos peores momentos de mi vida, por mucho dolor que me traiga, pero debo de hacerlo, por mí, y por si en alguna medida os puede ayudar para reconocer ciertos síntomas y no lleguéis a extremos que yo nunca creí que podría llegar. Es una promesa…. Y os puedo asegurar que será, a mi pesar, un capítulo de esta historia apasionante, por los sucesos en sí, pero aún más desgarrador y axfisiante!

        Pues bien… dicho esto, hoy os puedo decir como esta enfermedad me hace sentir, de esas tantas paradojas, que ya os comenté, llenan mi vida.

        Lo que mejor consigue esta compañera parásita, es aparte de llenarnos de miedos irracionales, es la inseguridad y la incomprensión, e incluso una soledad tan absoluta, que por mucha gente amiga que nos rodee, sigue igual de aplastante. Nos hace súper-sensibles ( y los que ya éramos sensibles de per sé, imaginaros), baja nuestra autoestima no hasta el suelo, sino hasta 10 kms debajo de él. Nadie llega a entendernos en su plenitud y justa medida lo que esto. No se puede echar en cara… pero esa incomprensión de la vivencia que sufrimos, nos lleva muchas veces a que esa inseguridad se intensifique y se perpetúe. Los de nuestro alrededor, con sus mejores intenciones, con sus mejores deseos, pueden atisbar mil cosas, pero muchas veces por ese afán de ayuda, nos obligan inconscientemente a realizar tareas o salidas, que en realidad al final, puede llegar a empeorar y retrotraernos más, y volver andar los pasos desandados.

        No los culpo, por Dios, bastante aguantan. Nuestros cambios de humor, de cómo amaneceremos, de cómo nos tomaremos cualquier idea propuesta… de, en definitiva, sentirse perdidos e impotentes. Nueva paradoja. Sienten lo mismo, en menor grado, ya que nosotros lo magnificamos, pero son los mismos sentimientos los que nos inundan. Sanos y enfermos, compartiendo lo mismo!
        Pero lo peor de todo, aparte de miedos y ansiedades excesivas y  extremas, que no son baladí; es la Impotencia. El sentir que no puedes hacer nada, por mucho que te digan que si puedes, por mucho que por momentos te auto-convences de que sí puedes… al final, somos apresurados…. esta lápida pesada nos puede tanto que deseamos quitárnosla de encima lo antes posible… Y aquí, esta Maestra del Engaño, vuelve a aventajarnos! Nos deja que corramos, nos deja falsas esperanzas… “Vaya, he salido al jardín y me sentí bien, también crucé un calle que nunca lo hice, y me sentí bien…. Puedo con esto… mañana nos vamos de compras a la ciudad, con todo el gentío y grandes almacenes, pues ya lo voy dominando… tengo que dar un paso mas grande!”. Y zas… en medio de cualquier calle o esperando la cola de la caja… empezamos a mirar hacia todos lados, la inseguridad va creciendo y creciendo. El corazón comienza un baile no deseado con fuerte ritmo y potencia, la mente empieza a ponerse obtusa… la gran vecina amiga, la Ansiedad, empieza a dominarnos absolutamente, las piernas y brazos no responden como deberían… Queremos que no se nos vea así por la persona o personas que nos acompañan, pero ese intento de que la presa no se derrumbe… nos lleva como único camino a que dicha presa se desborde. Las palabras no quieren salir, tartamudeos, pienso en decir algo, pero esa expresión pensada es dificultosa al verbalizar… los músculos engarrotados, la cara desencajada por el miedo…. La crisis de Pánico ya está en su apogeo! La mente única y exclusivamente solo piensa en una cosa, y da igual la dificultad de movimiento, de expresión, de ansiedad…. Sólo piensa en irse a casa… al lugar seguro, al refugio paradójico, porque realmente es nuestra cárcel.

        Tienes la sensación de que todos te miran… o quizá la sensación es real, me miran porque han visto mi cara desencajada y pavorosa cual personaje siniestro de Edgar Alan Poe! Vamos a peor, todo crece más y más, de forma vertiginosa, con una aceleración de microsegundos, y tu interior ya no pide, sino grita: “quiero estar en casa”.

        Todos se dan cuenta, te ayudan, te tomas la pastilla ansiolítica de rigor, guardada en ese típico pastillero de anciano, que se ha vuelto inseparable, y del cual nunca te olvidas si tienes que salir. Vuelta a casa, las respiraciones fuertes y rápidas las intentas controlar. Y aunque eres consciente de que vuelves a casa, hasta que no estás en ella, no se normaliza dicha respiración y ansiedad.

        Ya estoy en casa, por fin, me digo. Pero al final, te sientes culpable por todo (otra acciona magistral que consigue instalar en nuestras neuronas nuestra amiga Ágora… lleva tanto tiempo, que ya hasta la tuteo y la llamo de forma acortada. Parece que hay confianza. Maldita confianza). Culpable por haber sucumbido, por querer correr, cuando los médicos están hartos de decirte que es una enfermedad lenta y que hay que ir lento, y yo ignorante y mejor sabedor que cualquier psiquiatra, desoí para caer al final en la trampa. Ahora tardaré en salir, no se cuánto tiempo, un mes, dos semanas? La última vez fueron cinco meses!

        Sentirnos culpables porque fastidiamos el día al otro, al que queremos, al que con resignación, accede a minimizarlo, aunque en su cara vea la misma decepción que nosotros sentimos por no lograrlo. Y es peor, porque los demás ven los pasos y también nos apresuran, pensando que es lo mejor para nosotros, y nos dejamos convencer…. No sabemos decir que no. (No tenemos autoestima). Además si lo dicen en quienes confiamos…. Será así. Maldita Agorafobia, nunca vi mejor estratega!

        Y la impotencia vuelve… “de esto no salgo por mucho que lo intente… ya ves, a volver al principio… empezar de nuevo con la carga… uff… no puedo más…” Y lo que iba a ser un gran paso y victoria para nosotros, se torna en más miedo, más inseguridad, más impotencia, más tristeza, más miradas perdidas, más depresión… en los días sucesivos, hasta que puedas volver a alzar el ánimo!

        Y si nos sentimos incomprendidos por los que junto a nosotros viven y sufren esta enfermedad…. Imaginaros con los que la ignoran, la desprecian, e incluso la tachan de falsa o invención.

        Es duro oír, sobre todo desde la más absoluta ignorancia expresa, ignorancia que ni siquiera pretende cultivarse o informarse realmente; que somos una pandilla de vagos, medio locos, zumbados, invenciones…. “Trabajad, que es lo que tenéis que hacer…” y un largo etcétera de frases peyorativas e hirientes.

        No podéis imaginar el poder trabajar… no paré en 15años, relación con la gente, sentirme realizado, pleno, autosuficiente… ver el sol, pasear, planear, hacer….. qué equivocados estáis porque sólo entendéis como enfermedad una pierna escayolada, un cáncer de pecho (que lo es, y no lo estoy comparando), un ataque al corazón que no se advierte…. No entendéis que no todo es físico? Que en multitud de ocasiones, la enfermedad mental (no locos) es más dura y complicada de vivir, de sufrir y de curar que algunas físicas? Sabéis lo triste que es, que el umbral de tu casa sea el mejor más efectivo carcelero? Que la vista al horizonte más cercana es la que te da la ventana de tu cocina con sus respectivas rejas? (malvada ironía es eso) No sabéis que la enfermedad del alma, que el dolor interno que no calma una morfina…. es auténtico y devastador? No me cambio por ninguno de ustedes, porque como decía una amiga, no le deseo esto a nadie. Pero tened por seguro que añoro, con envidia sana, vuestras vidas, por pobres que penséis que pueden ser!

        Por favor, intentad empatizar, igual que lo hacéis y hacemos con alguien que pierde su trabajo o su casa, momentos horrorosos aquellos! Pero porque no llevemos un brazo escayolado, no quiere decir que no estemos enfermos. Las heridas del alma, existen, la malvivida alma, el irracional miedo a todo, la ansiedad excesiva que por momentos te lleva a creer que vas a enloquecer, el sentir que tu vida (muchas veces ni sentida como tal vida) se va yendo y sentir que es desperdiciada y que te ves impotente para solucionarlo…. Eso también existe…. Es muy Sufriente… Es muy Amarga… Es muy Dolorosa… Es muy Traicionera… Es parte la VidaEs…. Mil cosas que no podéis imaginar… Y todo eso tiene un nombre: Agorafobia!

        Hasta la próxima reflexión, amigos. Saludos.

        Alberto.


4 comentarios:

  1. Valla, muy doloroso y mut cierto tambien

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    1. Asi es, dolor y certeza! Pero hay que seguir adelante. Tengo mas reflexiones hechas, y otras por escribir...todas vivencias mias, algunas mas dolorosas que otras! La unica funcion de compartir es concienciar a la gente y que pueda servir para quien la sufre, pueda identificarse, y ver wue es una enfermedad mas, con tratamiento y curable. Comparte entre tus redes y amigos, y asi que pueda llegar a mas gente. Este blog no tiene ni publicidad, ni adsense, ni animo de lucro. Solo pretendo poder ayudar. Gracias!

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  2. Great post Alberto!

    Greetings from the Netherlands,
    DzjieDzjee

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    1. Thank you very much, friend! Raw just pretend that my experience with this disease, can be of help to someone. I recommend you read the Reflexion 6, is one of the hardest of my experiences, and since I wrote it, the only remember a bit paralyzed me keep writing. But I will, there is much to tell. thanks for your words that give me encouragement! greetings from Spain.

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