Ayer
sin saber por qué razón, conseguí convencerme por mi pareja de salir a tomar
café a un pueblo de al lado, unos 12 kms. Sinceramente me dejé convencer porque
realmente no quería salir, pero lo hice, debía de hacerlo, tenía que hacerlo,
aún con ese fantasma agorafóbico pegado en mis entrañas cual tenia amarrada y alimentándose
de mí mientras yo decaigo. Y todo el mecanismo diabólico de esta enfermedad
puso aceites en sus engranajes y mi mente empezó a dudarlo, movida por esas
infernales manivelas. Cómo podré hacerlo? Llevo 5 meses sin salir de un salón de
23 metros cuadrados, moviéndome escasamente a una cocina de menos de 8, y
durmiendo en una habitación no más de 10. ¿Cómo puedo hacerlo si lo máximo que
mis ojos ven de luz diurna es la del trayecto, siempre el mismo trayecto, sin
variaciones, a casa de mis padres, que no queda lejos? Las ruedas engranadas de
esta mala compañera iban dando sus mejores movimientos cual perfecto mecanismo
de un reloj suizo.
¿Podré superar el miedo, el pavor a que lo
irracional me coja desprevenido en cualquier terraza o plaza, y con la misma
irracionalidad, con cara desencajada, con piernas tambaleantes, con tartamudez
expresa y sin lograr articular frase coherente me lleve a rogar suplicante que
me devuelvan a casa vía exprés y con sólo dejarme allí, aunque sea como un
objeto más de la decoración sería suficiente para calmar mi súplica? ¿Cuál era
la mejor y menos dolorosa manera de fastidiar el dia de la persona que me
quiere, tenerlo atado a un salón u obligarlo a sufrir una crisis de pánico en
medio de la nada? NO se lo merece…. Y me siento culpable cada vez que le miro y
veo como finge su dolor por verme como me ve desde hace tanto tiempo. Culpable,
cuando lo veo, como es lógico, intentar evadirse con su música, yendo a su
gimnasio o enredando en el móvil para poder soportar no sólo este estrés y
dolor, sino también los que les llega por otros lares. Y todo este pensar, este
mar de miedos y dudas se originó apenas en segundos cuando escuche la propuesta
de una cara sonriente, cómplice, simplemente queriendo ayudar de la manera que
sabe, una propuesta simple pero dicha con alegría y en forma de mandato
complaciente: “vamos a Montijo a tomar café”. Y respondí que SI mientras
paralelamente y con rapidez vertiginosa ese engranaje malvado y parásito
removía mi mente, amenazante, inquisitorial, queriendo hacerme preso! Y sabéis
qué? Tarde un poco para cambiarme de ropa, haciéndome el perezoso, sólo para ganar
tiempo, pero sobre todo valor!
Me
cambié de ropa, cogí mi humilde cámara de fotos compacta pensando que podía aprovechar
cualquier rincón precioso que pudiese aparecer, y me embarqué en el asiento de
copiloto del coche y ahora yo acompañando a mi pareja con esa misma sonrisa que
antes me regaló, dirección Montijo.
La
tarde fue espléndida, he de reconocerlo…. Me sentí nuevamente vivo… parecía un
niño que descubría por vez primeras las maravillosas cosas del mundo, de la luz
del sol, del sonar del viento entre las copas de los árboles, de sentarme y
tomar un café y charlar como antaño de todo! Fue precioso! Hablaba en demasía,
apenas callaba, un lado por la euforia del dia, por otro, era la ansiedad, una
manera de tenerla aparcada un rato. Fuimos de una terraza, a pasear por unos
estantes de un chino, de una tienda de decoracíon de otro pueblo cercano, y
pasear por un parque lleno de vegetación, sonidos, aires puros, patos y pavos
reales en su estanque y de fondo una iglesia salesiana con imitación gótica en
su arquitectura (la que más me gusta, todo sea dicho). Y por supuesto además de
tener captados los momentos vividos con la mejor compañía en mi interior, saque
mi cámara para captar otros, que yo sólo entiendo. El tiempo empeoraba,
amenazaban las turbias nubes con descargar su lluvia mas intensa… el viento se
violentaba… los arboles se agitaban…. El día se tornó en gris, pero no pudo ser
mas conveniente y perfecto. Ese mismo sonar, ese mismo clima, esos mismos
colores detonados por los grises celestiales, esos aromas a tierra y hierba
humedecida, nos retrotajo a un viaje que hace
años hicimos y que simpre recordamos con gran alegría! Sintra, Portugal!
Algunos ya habéis visto
fotos de aquellos parajes en este mismo blog, a los demás os invito a hacerlo,
y si podeis, visitarlo!
No estuve pendiente del reloj, pero el tiempo nos hacia
volver a casa, pero no era en este caso para mi imperioso, pero pintaba
tormenta, y de los cuatro perros que tenemos, uno las teme de forma muy
sufriente… Y era deber estar con ellos y calmarle a él.
Conseguí hacerlo, me dije interiormente victorioso… lo hice,
sí, lo hice! Aunque la experiencia ya es un grado, y esa victoria la traté con
templanza, era un paso, si, pero quedaban muchos mas, y como os dije esta
enfermedad se vale mucho de los excesos de confianza para luego darte mas
fuerte y te sea mas dificultoso el levantarte. Lo disfruté y degusté… de
momento con eso me quedo! Que es mucho!
Y aunque la euforia, debido a la ansiedad, permaneció en toda
la noche, seguimos con el mismo ritmo de sonrisas y compartiendo…. Cuanto hablamos
de Eurovision anoche!
Y hoy, como precio al divertimento de ayer, la ansiedad
afloró con un poco más de fuerza, hoy el dia fue mas apagado, estoy algo más
triste, sin razón, lo sé, pero el sentimiento no lo controlo! Todavía tengo
mucho camino que recorrer, fantasmas que enterrar, lastres que soltar, y renacer
con más fuerza! Pero hay una diferencia importante a otras veces en que he
salido! La agorafobia y su amiga crisis de pánico me hacían volver desencajado
y diciéndome una y otra vez que no debía de haber salido, que ha sido peor, que
me va hacer más mal que bien…. Esta vez no! Esta vez no me importó pagar hoy un
misero precio de algo mas de ansiedad y estado depre. Lo de ayer no me lo quita
nadie!
Y le doy las gracias a mi chico, porque sé y ya lo tengo
asumido, que los demás nunca entenderán en su justa medida esta enfermedad.
Somos muy incomprendidos, por mucho que intentemos, nadie realmente sabe lo que
es esto, pero de eso hablamos otro día! Gracias,quien tu sabes!
Y para acabar y poner la guinda final de ayer…. Mi gratitud
a dos amigos del levante, que sin conocernos personalmente, sé que una
verdadera amistad se está forjando, sana, noble, sin prejuicios, bondadosa. En
su vigilia de Pentecostés, y sabiendo de mi sequedad del alma, volvieron a
demostrarme su afecto con las plegarias que hicieron por mi… haciéndome también
rememorar otros tiempos que gocé mucho de experiencias similares. Y volvió a
caer esa lagrima por mis mejillas… nuevamente lagrima de alegría y gratitud
profunda.
Porque otra de las
paradojas de esta enfermedad, esta buena, es saber realmente quienes son amigos
y quienes nunca lo fueron! Tratamos mi pareja y yo ese tema en la terraza! Cómo
alguna personas que querias cómo amiga, que hacias vida, viajes, intimidades,
consejos, vivir alegrías y penas…. Te das cuenta, y con mucho dolor por mi
parte, que en mis horas mas bajas, me diera cuenta de que nunca fue amistad…
era interés, ya no interesaba! Pero eso es agua pasada, y también podemos verlo
en otro momento. Ya sabéis que voy por fascículos (jejejeje).
Pero como os decía es una paradoja buena, de una persona de
años y años ves que realmente nunca fue tu amiga, teniéndola al lado.. por otra
parte, Dios o quien quiera, al otro lado de España, conozco por un foro de
Agorafobia a dos bellas personas, que en un mes me han dado mas amistad que
pudieron hacerlo otros… Su bondad, su generosidad, su altruismo, sus consejos,
su interés desinteresado, su especial forma de ser! Aquí, en esta paradoja de
esta turbia enfermedad, salí ganando. Gracias SARAI Belmonte y CARLOS Segura. Gracias
por esa amistad noble, que quizá, humildemente, no merezca.
Bueno, por hoy dejo esta
reflexión… No todo va a ser malo… aunque se pasen por muchos males! Espero con
estas líneas haberles ayudado en algo, cualquier cosa, por pequeña que sea,
aunque solamente haya sido distraer la mente. Con eso me vale!
Pasen buena madrugada a los que sois insomnes y a todos que
mañana tengáis el mejor de los días.
Un Abrazo.
Alberto.
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