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martes, 24 de septiembre de 2013

REFLEXIÓN 12. Otro día más...¿Otro día menos?


Otra vez delante de esta blanco virtual para exponer en negro las míseras fluctuaciones, no sólo emocionales, pulsionales, anímicas… sino también existenciales, que esta compañera inseparable de camino me otorga con su cruel generosidad diariamente. Y de nuevo la paradoja, ese factor común en todos mis relatos, vuelve a denotarse. ¡Agorafobia. Compañera de camino, la cual no deja caminar!

        Otro día más… ¿Otro día menos? De lo primero estoy seguro, pues aunque el tiempo es bastante relativo en mi existir pues carece cuasi de valor, apenas es notable, salvo algún día extraño que me miro en el espejo y compruebo cambios sustanciales e inesperados, que los días anteriores eran desapercibidos. Por lo demás apenas tiene connotaciones, al menos positivas. Pero es irrefutable que hay otro día más. Las leyes de la física se imponen, y de momento, sólo de momento, el sentido común aún no se ha marchado por alguna de las múltiples grietas, que casi de manera exponencial, cual metástasis, se producen en mi ánima. Pero la segunda parte, la pregunta, el futurible… ¿otro día menos? es más difícil de responder, no porque carezca de hipótesis, pero si carezco de certezas. Y aunque mi instinto, mis ánimos, mis ansiedades (esta vez en su aspecto positivo) puedan desear que sea un menos para un final… dudo de dicho final, o al menos del contenido del mismo. Pues el feliz de película no lo espero… el que más alberga mi cansada alma, no lo contemplo… así que queda abierto, como todo destino, pero con bastantes elementos desechados… por lo que ese otro día menos, me lleva a múltiples finales, todos ellos vestidos de púrpura o de negro.

        Y es que esta continua noria, de la todavía quedo perplejo, pues cada vez gira de forma más rápida y violenta, y el mareo consecuente aún no ha llegado a mermar del todo mi existencia. Y lo digo con pena, pues de esa manera mis pesadas losas (ya multiplicadas) siguen hundiéndome en el más frágil de los fangos perdurando el sufrimiento de forma cuasi perenne. Otra magistral vuelta de tuerca de mi archienemiga Agorafobia, que aunque como si de una presa de aceite sigue apretando más y más para sacar todo el jugo de mi marchito y asecado interior, lo hace de forma que dicha presión no se exceda y acabe de una vez con todo; sino maquiavela ella, mueve las manivelas de manera justa para que el virtual desangrado no se produzca del completo, para que en su forma más sádica, el sufrir se mantenga, con intervalos de pequeñas y falsas recuperaciones, para seguir jugando con su artes favoritas!  


        Y tras casi dos años y medio de penurias, cada cual con sus dolores, y todas increscendo, aquí la experiencia no es un grado. Es simplemente aumento de tortura! Pues creido y sabedor de todas las artes, de todos los juegos, de todas las acometidas, zarpazos, espejismo cuyo despertar es más duro pues rompe en mil pedazos las esperanzas causadas, compruebas, siempre de forma de un nuevo mal otorgado, que aún, esta maldita, después de tanto tiempo, sigue sorprendiéndote!

        No sirve la abstracción, el mantener la mente ocupada en otros menesteres que puedan ser placenteros, aunque sea en pequeños espacios de tiempo. El agarrarse a clavos ardiendo para superar dicha lacra… pues al final lo único que compruebas es que la lacra se ha agarrado más fuerte a tus espaldas ocasionando incluso más insoportable peso… y lo único que sacas son unas manos quemadas!

        Cada vez que vuelvo de una terapia psicológica vuelvo con ánimos reforzados, con nuevas fortalezas, por enésima vez, pero al final, nuevamente, cual pesadilla en bucle de la que de forma consciente eres incapaz de despertar, la pérfida vuelve a llevarte por los cauces de esos ríos de aguas bravas en las que siempre te tuvo inmerso… y es ahí, tras el choque con una roca por las embestidas de la corriente, cuando despiertas de esa pesadilla, para darte cuenta que la realidad la supera!

        Y compruebas una vez más, que todos los actos para salir, son inservibles, sólo fundamentan infundadas esperanzas. Da igual el trabajo que desees desempeñar, las salidas que buscas y que crees en realidad que son verdaderas escapadas definitivas. El imbuirte en una pasión que te despeja la mente y te da ánimo de futuro… da igual… pues al final despierto y sigo amarrado a la misma tela de araña.

        Y lo peor de todo es que tus miedos, tus temores… a salir, a hacerlo sin compañía, a espacios concurridos, o solitarios. Miedo a personas extrañas como cualquier vendedor de seguros se acerca a tu refugio-cárcel… miedo a subir unas escaleras por si la medicación que te deja sin reflejos hace que un accidente sea más probable que el subir sin más… etc… miedos que empezaron con dos fobias… y ahora no se concretamente cuantas más he sumado!  Y lo peor, como os decía es que esos miedos se van multiplicando sin darte cuentan mientras siguen corroyendo interiormente tu alma cual larva alimentándose de la misma. Y no se ven salidas…. Las creadas son vueltas a encerrar, a tapar, a verlas imposibles. Y de todo esto me doy cuenta de manera inesperada, con mayor dolor si cabe!

        Llevaba, otra vez, (pues como os digo esto es para mi como un bucle, que por mucho analizarlo, o intentar sacar fuerzas, no veo salida del mismo) unas semanas con nuevas fuerzas y ánimos, nuevas y quizá auto-creadas esperanzas (supongo que todo sirve en esta guerra), de salir reforzado como otras veces de esas sesiones psicológicas, para que de forma inesperada, y sin saber por qué, con total desconocimiento, la ansiedad vuelve con fuerza. Llevo tres días con sensación inexplicable de asfixia, de un corazón que palpita a su antojo dando lugar a una extraña sensación de presión y ahogo, como si fuera a estallar o estuviera dando avisos de un inminente paro. Y el miedo vuelve aparecer en otra de sus muchas facetas… y esta vez sin saber por qué. Estoy con esperanzas, estoy intentando salir, agarrándome a clavos ardiendo, estoy en casa, en mi supuesto refugio… entonces… ¿esto a qué es debido? Sigo sin respuestas. Solo me caben deducciones, y es que este tándem Agorafobia-Ansiedad siempre se apoyan, y si una flaquea, ya está la otra para lanzar su negra mano sobre tu cuello para ayudarla y que no te olvides que no será fácil escapar… más bien, que no te olvides que no podrás escapar!

        Y tras tantos esfuerzos, otra magistral acción conjunta te devuelven a tu cruenta realidad... ¿para qué? Muy fácil, para dar de comer a la tercera en discordia, la depresión, pues al final de todo la iba abandonado… y todo era un engranaje más, no para recordarme mi atrapamiento en las redes de la ágora y la ansiedad, que también, sino que como buenas compañeras había que ayudar a la que estaba más débil en estos momentos! Y es efectivo, pues estos despertares con agua fría causan un shock que el hundimiento rápido y gigantesco, no superado siquiera por un Titanic, te lleva a que la realidad siempre existente vuelva atraparte en forma de suma tristeza, pues todos los esfuerzos, nuevamente, fueron inservibles. ¡Depresión, ya tienes el plato en la mesa!

        Y aquí seguimos, otro estúpido y cruel, día más… Sí, otro día más. Significa ¿otro día menos?.... ¡qué más da….!


Un saludo a todos!